viernes, 12 de febrero de 2010

Para comenzar... UN CUENTO

ESTE CUENTO FORMA PARTE DEL PROYECTO"EL CIRCO LLEGÓ "

ESCUELA DE CIRCO

UNO, DOS, TRES, CUATRO Y ¡CIR-CO!
HOY QUERIDOS AMIGUITOS ¡TA, TA, TA, TATATANNNN!
¡VAMOS AL CIRCO VIAJANDO EN BICICLETA...
LLEVAMOS EL CUADERNO, Y UN
LINDO LAPIZ NEGRO!...

Bartolin se siente emocionado y feliz.
¿Por qué?
Porque hoy es su primer día de clases en la escuela de Circo. Bartolin estudia para ser un gran payaso saltarín, igualito que su abuelito.
Su mama le plancha con la plancha su pantalón azul con parches y tiradores; lustra los zapatones grandotes y le cose dos pompones; en el bolsillito de la camisa le guarda un paquetito de risas.
Para este año le compraron un sombrero, un bonete y una peluca de pelusas.
Bartolin tiene una vieja valija, que usa de mochila, para llevar a la escuela, un par de naricitas, dos tarritos de pintura, varios cuadernos multicolores, globos, marcas, medias rayadas, pañuelos viejos y muchos libros de cuentos.
La escuela de Circo lo espera, es una carpa gigante de colores, un poco deshilachada, pintada como una bandera, verde, roja y amarilla, con guirnaldas…que cosieron y remendaron dos ratones panzones en calzones.
En esta escuela hay sillitas alrededor de una gran pista. Muchas lucecitas y una orquesta que toca mucha musiquita. Tienen pelotas saltarinas, aros y un baúl con sorpresas, magia y alegría; un conejo, dos palomas y una cebra rayadita. En el ropero de una abuela tienen guardados trajes brillantes, moños, zapatillas y las corbatas coloridas. En un rincón de la carpa hay monopatines, patinetas, bicicletas, un cacharro auto , un pizarrón muy muy largo y tarritos con tizas.
En el patio hay un carrito que vende en los recreos, pochoclos y manzanitas.
Bartolin , en el circo, tiene muchos amigos; elefantes grandotes que aprenden a andar en bicicleta sobre una pequeña cuerda; bailarinas que se peinan con gelatina de frutilla y cereza ; monos malabaristas, que mientras comen bananas, hacen piruetas en camiseta; aprendices de magos que usan galeras y palos de escobitas viejas . Payasos mamarrachos, equilibristas, domadores, jinetes y enanitos músicos que tocan las trompetas, taratarataleta.
A Bartolin le gusta mucho ir a la escuela de Circo porque aprende a cantar, compartir, hacer piruetas, payasadas mal hechas, a leer, escribir, a resolver cuentas y pocos problemas, a jugar, divertirse y a dormir un ratito de siesta.
En esta escuela le regalan carcajadas en la puerta y todo un mundo para hacer reír y aprender interesantes cosas nuevas.

¡VENGAN ENTREMOS JUNTOS!!

¡Colorín coloretin Bartolin, un nuevo amigo payasito!

jueves, 4 de febrero de 2010

PARA COMPARTIR CON LOS PAPIS

Cuando sea grande
de Elsa Bornemann

" Qué vas a ser cuando seas grande?", me pregunta todo el mundo. Y aparte de contestarles: "Astrónomo" (o" colectivero del espacio"…, porque nunca se sabe…), tengo ganas de agregar otra verdad: "Cuando sea grande voy a tratar de no olvidarme de que una vez fui chico. "
Recuerdo que –cuando aún concurría al jardín de infantes–mi tía Ona me contó un cuento de gigantes. Después me mostró una lámina en la que aparecían tres y me dijo:
–Los gigantes sólo existen en los libros de cuentos.
–¡No es cierto! –grité– ¡El mundo está lleno de gigantes!
¡Para los nenes como yo, todas las personas mayores son gigantes!
A mi papá le llego hasta las rodillas. Tiene que alzarme a upa para que yo pueda ver el color de sus ojos… Mi mamá se agacha para que yo le dé un beso en la mejilla… En un zapato de mi abuelo me caben los dos pies…
¡Y todavía sobra lugar para los pies de mi hermanita!
Además, yo vivo en una casa hecha para gigantes:
si me paro junto a la mesa de la sala, la tabla me tapa la nariz…
Para sentarme en una silla de la cocina debo treparme como un mono, y una vez sentado, necesito dos almohadones debajo de la cola para comer cómodamente.
No puedo encender la luz en ningún cuarto, porque no alcanzo los interruptores. Ni siquiera puedo tocar el timbre de entrada. Y por más que me ponga de puntillas, ¡no veo mi cara en el espejo del baño!
Por eso,¡cómo me gusta cuando mi papi me lleva montado sobre sus hombros! ¡Hasta puedo arrancar ramitas de los árboles con sólo estirar el brazo!
Por eso, ¡cómo me gustaba ir al jardín de infantes! Allí hay mesas, sillas, armarios, construidos especialmente para los nenes.
Las mesas son "mesitas"; las sillas son "sillitas"; los armarios son "armaritos"…
¡Hasta los cubiertos son pequeños y mis manos pueden manejarlos fácilmente! También hay una casita edificada de acuerdo con nuestro tamaño. Si me subo a un banco, ¡puedo tocar el techo!
Sí. Ya sé que también yo voy a ser un gigante: cuando crezca.
¡Pero falta tanto tiempo!
Entre tanto, quiero que las personas mayores se den cuenta de que hoy soy chico, chiquito, chiquitito.
¡Chico, chiquito, chiquitito, en un mundo tan grande! De gigantes. Hecho por gigantes.
Y para gigantes.