Para todos ellos, porque la vida hizo que otra vez estuviéramos de una u otra forma en contacto, mi cariño enorme.
Esta poesía es para ustedes.
La luna y el duende
La luna lunera
sentadita en su sillón a un duendecito llamó.
La luna lunera
le pide al duende
que a la rueda rueda,
con ella juegue.
El duende feliz
le dice que sí,
y tomaditos de las manos,
chiribín chi chín.
Giran, giran y ruedan...
giran,giran y se marean.
La luna con coronita de estrellas
y el duende, con un gorro violeta.
LAURA E. PADRONE
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